domingo, 13 de septiembre de 2009

Vuelvo...


Se acabó mi etapa veraniega en Euskadi. Para la gente estar con la familia, amigos en tu entorno, en tu pueblo es una maravilla, para mi también, pero en dosis pequeñas, gracias. Madrid me da muchos tipos de libertades. La creativa, algo muy poco considerado en la mayoría de los sitios, ofreciéndome mil estímulos por segundo, oportunidades en cada esquina (otra cosa es saber aprovecharlas) y en definitiva poder hacer lo que quiero hacer. Otra de las libertades fundamentales de una gran ciudad es el anonimato. Es una maravilla poder ir por la calle y no tener que ver miradas curiosas, reprobatorias, juiciosas y de todo tipo de gente que cree conocerte y en realidad no sabe un pimiento de ti. Encontrarse con alguien conocido en Madrid se convierte en algo positivo por lo fortuito del encuentro. Siempre gente anónima que esconde sus vidas a modo de novelas por leer, relatos que contar y cientos de historias que se quedarán en el olvido. Por supuesto, también la gran ciudad tiene su parte negativa, como todo en la vida es saber hacer balance entre las dos.
Ahora empieza una nueva etapa para mi en Madrid, los miedos e inseguridades empiezan a aflorar, pero lo que no me falta es entusiasmo. Lo daré todo por conseguir lo que quiero. Me encanta Madrid.
Mañana vuelvo a verte.

2 comentarios:

Urtzi dijo...

Por cierto, la foto no es aleatoria, es mi sitio preferido de Madrid, que espero ver mañana mismo.

galletita dijo...

que zupercool chico